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Cuadros sinópticos sobre la Cultura Teotihuacana

Teotihuacán fue una ciudad importante de la Mesoamérica del período clásico, posiblemente el eje central de un imperio cuyos habitantes, por lo menos étnicamente, se desconocen (algunos hablan de totonacos, otomíes y nahuas).

A continuación, como en ningún otro sitio, presentamos una selección de cuadros sinópticos sobre la cultura Teotihuacana: religión, economía, sociedad y más. 

¿Qué fue la cultura de Teotihuacán?

Teotihuacán, que en náhuatl quiere decir «ciudad de los dioses», en la actualidad es un gran complejo arqueológico, pero en el pasado fue una gran ciudad mesoamericana, de naturaleza multiétnica. Los mismos mexicas la nombraron de esa manera, aunque el dato llamativo es que cuando llegaron todo estaba en ruinas.

Hablamos, entonces, más de que una civilización de una gran ciudad, un nodo comercial y político que tuvo su época álgida entre el siglo III y el siglo VII a.C. La urbe era de unos 21 kilómetros cuadrados y en sus mejores momentos quizás tuvo hasta 200.000 habitantes.

No se sabe a ciencia cierta cuál era la etnia que habitaba Teotihuacán (siquiera si era una sola), pero lo cierto es que a partir del siglo VII comenzó el declive ¿Los motivos? Inestabilidad política, rebeliones internas y factures climáticos (o de recursos en un sentido amplio). Sus habitantes se desperdigaron en la cuenca de México, en un proceso que se puede caracterizar como un colapso del norte de Mesoamérica.

Características de la cultura teotihuacana

A juzgar por los restos de la ciudad, sus fundadores eran expertos constructores con un sentido de lo monumental arquitectónico. Aquí tenemos templos del Sol, la Luna, una divinidad como Quetzalcóatl, además de otros motivos entre religiosos y cosmogónicos.

Asimismo, alrededor de la ciudad tenemos un desarrollo agrícola y la explotación de obsidiana. Por tal motivo, hay que recordar que era un importante centro comercial, que irradiaba sus influencias, desde económicas hasta culturales y artísticas, a otras localidades mesoamericanas.

Naturalmente, encontramos rasgos similares a otras civilizaciones mesoamericanas: fuerte impronta religiosa (casi teocracias), una sociedad jerarquizada y rasgos de imperio por su conquista a otras ciudades.

Organización política teotihuacana

 

Hay dos rasgos sobresalientes de la cultura teotihuacana: su expansionismo la convirtió según algunas hipótesis en un imperio y era una teocracia. Lo último quiere decir que la división entre política y religión no era neta, que una suerte de gran sacerdote podía ser el gobernante y esta figura tener una relación especial con alguna divinidad.

Las élites políticas eran religiosas y militares, con un conocimiento de su cultura y ritos frecuentes, necesarios para la cohesión social (y desde su punto de vista la supervivencia de la civilización).

Organización social teotihuacana

La sociedad teotihuacana era jerarquizada, es decir, tenía clases sociales definidas y relativamente rígidas. Una nobleza militar en la cima, luego una casta de sacerdotes y funcionarios, en un tipo de extensión aristocrática, encargados de la administración urbana y poblacional.

Finalmente podían seguirle agricultores, comerciantes, artesanos y posiblemente esclavos (más allá de la enorme complejidad de lo que implicaba ser esclavo en Mesoamérica).

Economía teotihuacana

La economía teotihuacana era fundamentalmente agrícola, con un fuerte intercambio comercial con las civilizaciones vecinas. La producción del frijol, del maíz, el amaranto, los pimientos, tomates, cereales, entre otros alimentos, eran en terrazas y mediante el regadío. Para estudiosos, un método insuficiente para sostener una metrópoli como Teotihuacán (lo cual explica en gran medida los declives de estas urbes).

Además podemos añadir la necesidad de recolección, caza y crianza de animales, además de la extracción de minerales como obsidiana, basalto y estaño ¿Para qué servían? Labores artesanales, arquitectónicos e intercambio comercial.

Naturalmente, el comercio le dio una gran importancia a la ciudad, lo que también conllevaba el ingreso de materiales que no se producían: el jade o a hematita, por ejemplo.

Religión de Teotihuacán

La religión Teotihuacana sigue la misma línea de civilizaciones antecedentes e influencias posteriores: era absolutamente politeísta, es decir, creía en la existencia de una gran cantidad de dioses. Por supuesto, estas dinámicas de contagio son sumamente complejas de develar.

Lo que sí es un hecho es que le rendían un gran culto a la serpiente emplumada, Quetzalcóatl. De hecho, en Teotihuacán poseía un gran templo, además de estar presente en estatuillas y murales.

Otros dioses importantes del panteón fueron Tlaloc, dios de siembra y lluvia; Huehuetéotl, dios del fuego; Tezcatlipoca, dios del cielo y la tierra; entre otros. Asimismo, había animales míticos: el puma, el águila, el búho y la serpiente.

Asimismo, era muy frecuente en civilizaciones como la mexica el sacrificio, frecuentemente a esclavos que eran botines de guerra, por lo que es posible que los teotihuacanos hicieran lo mismo. El sacrificio significaba un pedido a la divinidad, pero también un sostenimiento del mismo orden del universo.

Arquitectura teotihuacana

La arquitectura teotihuacana era monumentalista: es decir, grande y con motivos más que nada religiosos. Teotihuacán es lo único que quedó de esta compleja civilización, pero la misma basta para vislumbrarlo: la calzada de los Muertos, las Pirámides del Sol y la Luna, el templo de los Animales Mitológicos, el palacio de Quetzalpapálotl, el templo de Quetzalcóatl o ciertos conjuntos habitacionales.

Es importante recordar que Teotihuacán era ya ruinas en la época en que los mexicas la conocieron, de ahí que sea consideraba una ciudad de dioses (con sus enormes monumentos) y un sitio de peregrinación.