México y alrededores han sido históricamente el suelo de una enorme cantidad de civilizaciones, los famosos pueblos mesoamericanos. Entre uno de ellos se encuentran los Toltecas, con datos, características e influencias sumamente interesantes. A continuación, en sintonía, presentamos cuadros sinópticos de la cultura Tolteca con información.
¿Qué fue la cultura Tolteca?
La cultura Tolteca fue una de las tantas civilizaciones mesoamericanas precolombinas, que habitó una región particular del actual México y su desarrollo abarco parte de los períodos clásico y postclásico mesoamericano, entre los años 800 y 1.200 d.C (algunos estudiosos hablan de fechas más tempranas, como el 650 d.C).
Su nombre, como en tantos otros casos, deriva de la lengua del conquistador, en este caso, del náhuatl de los mexicas. Tolteca, entonces, significaría «maestros constructores» y es algo a resaltar: sus construcciones esplendorosas llamaban la atención, sobre todo las que se encontraban en la ciudad capital, Tollan-Xicocotitlán (Tula de Allende, en el Hidalgo actual).
La cultura Tolteca tuvo un gran respeto y consideración en ese pasado, ya que sus conocimientos religiosos y astronómicos ejercieron gran influencia en muchos pueblos mesoamericanos. De hecho, algunos historiadores recalcan que el florecimiento tolteca (en concreto su capital Tula) comportó la decadencia de Teotihuacán, en una migración del norte hacia el sur.
Características de la cultura Tolteca
La cultura Tolteca posee ciertas características algo extendidas en otras civilizaciones mesoamericanas y otras particulares. En primer lugar, desarrollaron una red comercial aunque de menor tamaño que las ciudades mayas; eran un pueblo de guerreros que tenían como principal deidad a Quetzalcóatl, realizaban prácticas de sacrificio humano para sostener el orden cósmico y fueron sumamente destacados en el desarrollo de las esculturas y arquitecturas.
Los Toltecas, una civilización cuyos tesoros aún se siguen encontrando (a pesar de los saqueos aztecas y luego españoles), tuvieron un desarrollo agresivo, con una maquinaria de guerra lo bastante aceitada y violenta. Su declive fue mucho antes que la llegada de los españoles: alrededor de 1150 d.C, su capital, la actual Tula de Allende, fue incendiada a modo de represalia ¿Los motivos? Puede deberse a pueblos vecinos (los Chichimecas, por ejemplo), pero también a lides intestinas, lo cual no era ajeno al mundo mesoamericano.
Organización política Tolteca
Ya lo dijimos, pero hay que repetir que la cultura Tolteca era fuertemente militarista, para comprender su organización política. Los toltecas obedecían a una monarquía guerrera legitimada por las creencias religiosas. Por lo tanto el poder, en un sentido genérico, solía mixturar guerreros, funcionarios, sacerdotes y jerarcas, encargados del gobierno, la organización estatal, la expansión militar y las ceremonias religiosas.
Hablamos en cierto punto de teocracias, donde los líderes políticos tenían una conexión especial con las divinidades o simplemente eran una encarnación de ellas. De hecho, bajo el liderazgo del rey Topiltzin, también denominado Quetzalcóatl, los toltecas se instalaron en Tula y la convirtieron en su capital, alrededor del 960 d.C.
Organización social Tolteca
Todas las civilizaciones mesoamericanas estaban fuertemente estructuradas, lo cual quería decir que la ascensión social o movilidad era algo casi imposible. Podemos, simplificando un poco, dividir en dos grandes clases la estructura social tolteca.
El grupo privilegiado, aquel que ocupaba el pináculo de la sociedad, compuesto por jerarcas, militares, funcionarios, el supremo gobernante y sacerdotes. Estos estaban al servicio de la casta militar, encargados de atender el culto, los calendarios y la cuenta del tiempo. Por supuesto, los guerreros eran ampliamente venerados en una sociedad que tenía fuerte rasgos militares y agresivos.
En la base de la sociedad tolteca, en cambio, se hallaban los trabajadores agrícolas y artesanos. En esta última categoría podemos mencionar albañiles, alfareros, carpinteros, hilanderos, tejedores, pintores, entre otros. Por supuesto, debajo del todo estaban los esclavos.
Economía Tolteca
La economía tolteca tenía su fundamento en la agricultura, a través de amplios cultivos abastecidos por un complejo sistema de canales de riego. Cultivaban algodón, maguey, maíz, chile y frijol. Asimismo, parte de su desarrollo económico eran las artesanías y el trabajo con las piedras preciosas.
Y no solo se abastecían de las materias primas que obtenían luego de la guerra con pueblos vecinos, sino que también se caracterizaban por ser grandes comerciantes (aunque tal vez con radios de acción no tan amplios como los mayas).
El pueblo tolteca, en su estadía de Tula, era proclive a sufrir las sequías y ya sabemos que las sequias en esa época (al igual que en el medioevo europeo) significaban hambre. La agricultura, entonces, era un problema en la árida región, además de los crecimientos demográficos.
Religión Tolteca
La religión del pueblo tolteca, como todos los mesoamericanos, era politeísta. Sin embargo, en un panteón más o menos amplio se solía dar protagonismo a algunas divinidades específicas: Quetzalcóatl y Tezcatlipoca. Tenían diferentes centros ceremoniales y uno de los más importantes fue «El Palacio Quemado».
Las diferentes pirámides servían de templos para los diversos dioses, pero debido a los saqueos se dificulta conocer la historia de cada estructura. Los templos, sin embargo, poseían una orientación intencionada, con una dirección específica este a oeste, acompañando el movimiento de los astros, sobre todo el Sol y la Luna.
Arquitectura Tolteca
Posiblemente de los mayores aportes de la civilización tolteca haya que considerar a la arquitectura. Especialistas recalcan que aportaron modificaciones en cuanto a las normas arquitectónicas que existían en Mesoamérica para el siglo IX. Por ejemplo, esculturas antropomorfas que sostenían con la cabeza el techo de una habitación o columnas en forma de serpientes emplumadas, con la cabeza al suelo y la cola hacia arriba (sostenía el dintel que era la entrada a una gran habitación).
Asimismo, se estima que Tula llegó a albergar 30.000 personas, las cuales vivían en grandes complejos de una planta, con techos planos hechos de piedra, tierra y acabados de adobe. Si nos referimos al ámbito meramente doméstico los hogares se podían dividir en: grupos de casas, unidades residenciales y residencias palaciegas.