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Fortalezas y debilidades fundamentales de una persona

Todo ser humano tiene fortalezas y debilidades, características que lo personifican deseables y también aquellas que no agradan, a sí mismo o a la sociedad. Esta última, referida a cada cultura, es una gran desarrolladora de sujetos ideales, camino a seguir, de ahí que las fortalezas y debilidades dependan de la misma.

A continuación, en relación a lo mencionado, presentamos las principales fortalezas y debilidades de un ser humano. Valores o características dominantes que lo determinan y también que adquiere con el paso del tiempo.

20 fortalezas fundamentales de una persona

Integridad

La integridad es sin lugar a dudas una fortaleza, ya que consiste en ser honesto y transparente. Y esto en todos los ámbitos de la vida: relaciones amorosas, académicas, laborales o simplemente pasajeras, de esas que se desarrollan por breves instantes.

Una persona íntegra hace prevalecer el bien en toda ocasión, odia el engaño y las segundas intenciones.

Superación

La superación no es más que la ambición, pero con un tinte positivo. Aquí es importante aclarar: no se quiere simplemente superar al otro, vencerlo en una competencia para denostarlo o humillarlo, sino lo que se busca es el progreso propio, la evolución, la obtención de objetivos que significan un más para cualquier persona.

En la superación no hay conformidad, sino una inquietud que nos sabe perfectibles, que toda condición o circunstancia es bienvenida para ser algo mejor de lo que somos en la actualidad. Desde luego, es una fortaleza muy bien vista en nuestras sociedades actuales.

Empatía

Para muchos estudiosos, sobre todo psicólogos, la empatía es uno de los rasgos más deseables para cualquier ser humano. Empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro, de escucharlo con toda la seriedad y sinceridad que tengamos.

La empatía es una fortaleza porque permite el diálogo, la comprensión y la búsqueda de soluciones, si es el que otro la necesita. Es que en la empatía lo que importa es el otro y la búsqueda que hacemos de esos sentimientos que resuenan en el otro dentro de nosotros mismos.

Autoestima

La autoestima es una fortaleza desde el momento que propende a una ponderación positiva de nosotros mismos. Aquí el equilibrio es difícil, pero es una búsqueda insoslayable: no creernos más que el resto, pero tampoco menos. El amor a nosotros mismos, que nos habitamos, es algo vital para cualquier desarrollo humano.

Compañerismo

El compañerismo es una fortaleza porque implica una actitud cordial y solidaria con el resto. Puede darse en el estudio y en el trabajo, ayudando en objetivos comunes; pero también en la vida cotidiana.

Solidaridad

La solidaridad es una fortaleza porque significa brindar apoyo a alguien en un caso de necesidad, incluso más allá del grupo de mis afectos. En realidad, tal vez, la verdadera solidaridad se da cuando la colaboración es con alguien desconocido, esa persona por la cual no tenemos afectos previos o cercanos. La solidaridad es un valor muy preciado para la sociedad.

Disciplina

La disciplina es la capacidad de trabajar de manera ordenada, metódica y constante para el logro de nuestros objetivos. Si bien se pueden obtener beneficios sin ella (muchas veces se habla de talento), lo cierto es que toda meta ardua, difícil, que conlleva esfuerzo y tiempo, necesita de la disciplina.

La disciplina es una fortaleza desde el punto de vista que es deseable para el desarrollo del hombre y la mujer, además que es un rasgo que lo desafía, lo pone a prueba y permite superaciones.

Responsabilidad

La responsabilidad siempre será una fortaleza humana, porque se la debe entender como la capacidad de responder ante ciertos deberes y obligaciones. Es un hacerse cargo, un admitir las consecuencias que habla muy bien de la persona.

Dedicación

La dedicación es una fortaleza porque garantiza los mejores esfuerzos de la persona para lograr un trabajo de la mejor calidad posible. Esto puede producir un bien común y también personal. Dedicarse es comprender que la perfección (o la cercanía a ella) implica mucho tiempo y esfuerzo.

Tolerancia

La tolerancia es la capacidad de aceptar las libres expresiones de los demás y eso es independiente que no acordemos con ello. Una inclinación sexual, un credo determinado o un partido político, para dar simples ejemplos, son buenas ocasiones para demostrar esa fortaleza que denominamos tolerancia.

Generosidad

La generosidad es la capacidad de compartir lo que se tiene con los demás. Ser generoso no solo implica otorgar bienes, sino también tiempo o conocimiento, lo cual redunda en un beneficio para otros. Tal vez, complicando aún más la definición, la generosidad auténtica exista cuando quien es generoso no se da cuenta de semejante realidad: no solo dar sin esperar recibir, sino dar sin percatarse que se da.

Resiliencia

Esta es una fortaleza relativamente nueva, porque si se quiere es un concepto bastante moderno. La resiliencia es la capacidad de afrontar momentos negativos o, mejor dicho, de atravesarlos y salir airosos de ellos. No solo en el sentido que no nos afecten, sino sobre todo bajo la idea que siendo afectados por ellos, aprendemos y seguimos adelante, con más sabiduría.

Tenacidad

La tenacidad es una fortaleza humana desde el momento que se la comprende como la capacidad de la persona de perseverar en sus objetivos pese a las dificultades, derrotas o complicaciones. Ser tenaz se nutre de perseverancia y esfuerzo, por lo que cualquier proyecto de largo aliento la necesita.

Humor

El humor puede ser una formidable fortaleza humana ya que nos permite ver y vivir la vida desde un punto de vista cómico. Es una gran herramienta sobre todo en los momentos duros de la vida, en donde nada sale como desearíamos.

Propósito

Esta fortaleza humana quizás pueda parecer misteriosa ¿Qué es un propósito? Es tener un sentido en esta vida, es emprender el viaje que es existir con objetivos. Puede ser uno, pueden ser muchos; pero en definitiva, le otorgamos una motivación a nuestra vida. Incluso a veces pueden durar hasta nuestros últimos días.

Confianza

La confianza es una fortaleza humana que se deriva de una correcta estima de la propia persona. Ser confiados es considerar que estamos a las alturas de las circunstancias, que somos capaces de superar ciertos escollos, obstáculos y desafíos. Incluso la confianza puede atraer a terceros, desarrollando todo tipo de sociedades y compañerismos.

Paciencia

La paciencia es la fortaleza humana de saber esperar, de respetar los tiempos, los procesos y resultados. Es muy importante ser pacientes con nosotros mismos, pero también con todo aquello que escapa a nuestro poder (ser pacientes con otras personas, por ejemplo).

Versatilidad

La versatilidad es la capacidad de adaptarse con rapidez y eficiencia a diferentes funciones y tareas. Es una fortaleza insoslayable en un mundo en donde los trabajos y las estructuras organizativas no se detienen en sus modificaciones.

Motivación

La motivación es una fortaleza porque implica ganas, interés y alegría en el desarrollo de proyectos de todo tipo. Una persona motivada es aquella que siente una fuerza interna que lo lleva a realizar las grandes proezas, un ser animado que busca sus objetivos.

Comprensión

La comprensión es una fortaleza humana porque es la capacidad de percibir, entender y valorar el punto de vista de los otros. Tener en cuenta sus circunstancias y posibilidades antes de emitir un juicio. El predijo com de algún modo nos indica que es un sentimiento que debe hacer partícipe al otro.

20 debilidades de una persona

Deshonestidad

La deshonestidad es una debilidad humana desde el momento que implica, en la mayoría de las ocasiones, una falsedad y doblez al otro, en donde se intenta perjudicarlo. Una persona deshonesta no es transparente y en su no transparencia encuentra una estrategia de abuso y aprovechamiento.

Pereza

La pereza es una debilidad humana porque es un letargo en el hecho de llevar a cabo nuestros objetivos y por tal motivo puede impedir el desarrollo de cualquier tipo de potencial. La pereza se siente como un sopor, una lentitud o una escasez de motivación.

Corrupción

Una persona corrupta es alguien que antepone lo personal a lo grupal, pero desde un punto eminentemente negativo, de ahí que sea una debilidad. Es que la corrupción es una mejora propia en detrimento al resto. Desde luego, es una cualidad indeseable.

Conformismo

El conformismo es una propensión a la estabilidad de las cosas, a sentir que con lo hecho es más que suficiente y punto. En un mundo que es cambio y evolución, el conformismo es una debilidad porque anquilosa al sujeto, en situaciones que a veces son cómodas y otras simplemente por miedo a lo nuevo.

Indiferencia

La indiferencia es una debilidad porque es antisocial, porque da cuenta de personas que no saben conectar con los intereses y puntos de vista del otro. El indiferente puede ver una clara imagen de necesidad en un prójimo y, sin embargo, seguir de largo. Tiene una enorme capacidad de desarrollar escasos cargos de conciencia.

El individualismo

El individualismo es una debilidad humana desde un doble sentido: imposibilidad de la persona no solo para colaborar con el resto (no desarrolla compañerismo alguno), sino también carencia en el pedido de ayuda.

Egoísmo

El egoísmo es una debilidad porque solo centra su atención en sus propios intereses, deseos y perspectivas. Aquí no solo hay falta de solidaridad, sino prácticas dañinas contra los demás.

Indisciplina

La indisciplina es una debilidad humana porque da cuenta de la falta de orden, metodismo y regularidad en todo lo que llevemos adelante. También se puede referir a la carencia de respeto a las normas o cuerpos jurídicos.

Irresponsabilidad

Una persona irresponsable es aquella que no da cuenta de sí cuando se lo solicita, cuando su poner la cara (para decirlo metafóricamente) es indispensable para el cumplimiento de ciertos deberes y obligaciones. Estas obligaciones no deben tener necesariamente un rasgo jurídico, sino pueden ser acuerdos de palabra, pactos tácitos que hacen al buen convivir en sociedad.

Perfeccionismo

A muchos lectores les sorprenderá por qué el perfeccionismo es considerado una debilidad. Y la respuesta es sencilla: conlleva enormes niveles de frustración. Una persona perfeccionista es inflexible con el prójimo, pero también consigo misma, no pretende errores y, sin embargo, los errores ocurren.

El perfeccionista ve en el fallo no una oportunidad para mejorar, sino una ocasión para dañarse, sentirse poca cosa, considerarse un ser imperfecto. Es intolerante consigo mismo, incluso a veces más que con el resto.

Intolerancia

La intolerancia es una debilidad humana porque estriba en la incapacidad de las personas para aceptar a otros como son o que sus ideas sean contrarias a las nuestras. El intolerante no respeta a los demás, es algo autoritario y considera siempre que lo propio es mejor que lo ajeno. Algo, que de todos modos, lo hace sentir con rigor a los prójimos.

Mezquindad

La mezquindad es la reserva únicamente para uno mismo de dones, tanto materiales como espirituales (pensemos en el conocimiento). La mezquindad puede dar lugar al resentimiento y es una debilidad porque con ella no hay crecimiento mutuo. Muchas veces este sentimiento puede provenir de deseos de rivalidad.

Inseguridad

Cuando se desconfía en uno mismo, en nuestras capacidades o dones, entonces aludimos a una debilidad como la inseguridad. Esto inhibe nuestra conducta, nos conduce al aislamiento y nos llena de oscuridad en nuestros pensamientos. Un ser inseguro no se atreve a dar un solo paso porque no cuenta con la fortaleza indispensable para creer en sí.

Impaciencia

La impaciencia consiste en la debilidad de esperar el debido proceso para ciertos resultados. Podemos ser impacientes con nosotros mismos, pero también con el otro y sus tiempos. Lo último puede ocasionar a veces niveles mayores de frustración porque no podemos dominar lo ajeno.

El resultado de la impaciencia es la inconstancia y la frustración. Los procesos que no son lo suficientemente rápidos desde nuestra percepción no valen la pena y se abandonan.

Rigidez

La rigidez es una debilidad, contraria a la fortaleza que dispusimos como resiliencia. Una persona rígida es alguien que se frustra y que, por ende, no puede sacar lo mejor de una situación. Aquí lo negativo no se supera enriqueciéndonos, sino que se niega y se sigue con otra cosa, lo cual no conlleva evolución ni cambio productivo.

Inconstancia

La inconstancia es un abandono de proyectos y objetivos, es una nulidad de perseverancia ante la veleidad de nuestros sentimientos. Es una debilidad muy vista sobre todo cuando las personas se embarcan en grandes proyectos, en realidades que no se pueden dar en un solo instante.

Apatía

La apatía, si nos reducidos a su vocablo, es una carencia de interés, pasión o afecto frente a las demandas de la vida y las responsabilidades. Una persona apática no puede comprometerse en logros ajenos, pero tampoco en los propios. Su ser es pura inercia y se puede considerar una debilidad.

Reactividad

La reactividad proviene de la reacción y se lo puede considerar una debilidad desde el momento que aquí toda acción es una respuesta, algo que suele provenir de causas extrínsecas a uno. La persona reactiva hace cuando se le manda, es decir, reacciona.

Severidad

La severidad es una forma de juzgar rígida, inflexible, que se puede desarrollar en uno mismo; pero también en los demás. Quienes así actúan minan la confianza ajena, intimidan a las personas y no permiten cualquier proceso de aprendizaje.

Crueldad

Para el final dejamos la máxima debilidad del ser humano, porque la crueldad implica hacer un mal al otro, habiendo desinterés e incluso placer en hacerlo. Todas las restantes debilidades afectaban de manera menor al prójimo (y sobre todo a uno mismo), pero no esta: hay proactividad en dañar antes que hacerse bien uno mismo.

La crueldad es un sentimiento o una praxis que hay que eliminar a toda costa y su naturaleza es tan siniestra que quienes la desarrollan la pueden considerar una fortaleza.