Una vacuna que lucha contra el coronavirus permite desarrollar inmunidad al SARS-Cov-2, el virus que causa la COVID-19, pero naturalmente sin enfermarte (aunque sí puedan presentarse algunos síntomas). A continuación, como en ningún otro sitio, presentamos las principales vacunas contra el COVID-19 con la información más importante según diferentes fuentes.
Vacunas disponibles contra el COVID-19
En el mundo el COVID- 19 ha generado el desarrollo de diversas vacunas para combatirlo, teniendo distintos rasgos, eficacias y otros factores importantes. Hasta el día de la fecha, sin embargo, existe un claro indicio de cuáles son las vacunas más utilizadas.
Oxford- AstraZeneca es la mayoritaria, utilizada en más de 100 países del mundo. Le sigue en popularidad la Pfizer-BioNTech, Moderna, Sinopharn- Beijing, Gamaleya (más conocida como Sputnik V) y Sinovac. En una cantidad bastante más reducida hay que mencionar a Johnson&Jonhson, Sinopharn- Wuhan, CanSino, Bharat Biotech (Covaxin) y la Vector Institute (EpiVacCorona).
¿Cuándo comienza la protección de cada vacuna?
El COVID-19 es una enfermedad pandémica que sorprendió a la humanidad y que por lo tanto se sigue estudiando. En tal sentido, muchos estudiosos se han preguntado acerca de la protección de las mismas vacunas, las cuales difieren de acuerdo al tipo de laboratorio que la produjo, por la misma eficacia en su realización y componentes.
En relación a la vacuna desarrollada por Pfizer y BioNTech, se ha desarrollado con tecnología de ARN mensajero y la pauta de vacunación es de dos dosis en un intervalo de 21 días. Su eficacia, reportada en los ensayos clínicos, es del 95 por ciento y la inmunidad se produce a los siete días de la inoculación de la segunda dosis, es decir, 28 días después de la primera dosis.
En el caso de Moderna, también fue producida con ARN mensajero y tiene una pauta de vacunación de dos dosis con un intervalo de 21 días. Su eficacia es del 94,1 por ciento y de acuerdo a estudios transcurridos 14 días de la primera dosis ya se cuenta con cierta inmunidad, que alcanza sus niveles máximos un poco después de completarse toda la pauta.
También podemos mencionar el caso de AstraZeneca, desarrollada conjuntamente por Oxford y la compañía asociada Vaccitech. La vacuna utiliza un vector viral de chimpancé no replicativo y los ensayos demuestran que entre 21 y 28 días después de la primera dosis ya se ha generado cierta inmunidad. Esta alcanza su máxima expresión 14 y 21 días después de la segunda dosis.
En el caso de la Sputnik V, se contempla también una serie de dos dosis y se toma una o dos semanas luego de la segunda inoculación para alcanzar una protección adecuada. Asimismo, también tenemos el ejemplo de la Janssen de Johnson & Johnson que es de una sola dosis y que se considera que tiene una inmunidad idónea justamente dos semanas después de su aplicación. Por último, para dar otro caso, Sinopharm tiene un esquema de dos dosis y presenta inmunidad a los 14 días (algunas fuentes mencionan 18 días) de la segunda aplicación y la Sinovac, finalmente, permite una máxima inmunidad a partir de los 14 días de la segunda dosis.
¿Quiénes pueden recibir la vacuna contra el COVID y quiénes no?
Hay mucha información circulando en cuanto a las vacunas del COVID, lo cual no es ayudado justamente por la variedad de ellas que se hallan en el mundo y también porque todo aún está en ciernes: se debe seguir estudiando.
Por lo tanto, para seguir siendo los más realistas posibles se puede decir que todas las vacunas mencionadas en este artículo han demostrado efectividad con la población joven, adulta y anciana del mundo (en diferentes grados y elevándose con la segunda dosis). Esa efectividad no es total, por lo que algunas firmas han planteado la posibilidad de una tercera dosis.
En cuanto a las personas con enfermedades subyacentes, variadas como cáncer, enfermedades renales, pulmonares, diabetes, enfermedades neurológicas, Síndrome de Down, patologías cardíacas, inmunodepresiones, entre otras, aún sigue siendo recomendable la utilización de la vacuna. Y la explicación es simple: no hay datos fuertes que recalquen que cierta patología sería agravada por las dosis de la vacunas, pero sí existe información abundante que indica que todas las enfermedades mencionadas (y muchas más) hacen grave el curso de la misma enfermedad, pudiendo llegar a la muerte.
Lo que sí se puede aclarar, respecto a lo último,es que en ciertas personas inmunodeprimidas o con tratamientos inmunodepresores la eficacia de la vacuna puede variar, siendo recomendable que estas últimas sean producto de ARN mensajero, ya que etas personas tendrían las defensas bajas.
Sin embargo, hay casos especiales aún. No se debe vacunar aquellas personas que ya estén cursando la enfermedad para algunos especialistas, aunque hay excepciones si es leve. Asimismo, está demostrado que la aplicación de la vacuna no constituye una contraindicación contra los contagiados (no agrava la salud). Respecto a las embarazadas, hay mucha confusión en la información, porque el ensayo no las tiene como protagonistas: en tal caso, desde aquí, solo podemos recomendar que las mujeres embarazadas utilicen toda la información disponible, consulten con su médico de cabecera y así tomen una decisión (también en los casos de estar en proceso de lactancia).
Finalmente, los niños representan la última franja etaria en cuanto a vacunación. En todos los países su vacunación es escasa o nula, pero no porque no se deba realizar en un futuro (para estudiosos son vitales para conformar la inmunidad de rebaño), sino porque se necesitan más estudiosos en cuanto a su implementación. Los niños no son simplemente adultos en potencia.
¿Qué efectos secundarios posibles tiene cada vacuna?
Está demostrado que las vacunas tienen efectos secundarios, pero en verdad los mismos no son graves. Quizás una excepción la constituya la anafilaxia, que puede provocar desde erupción, vómitos y náuseas hasta la propia muerte.
Asimismo, hay variación entre las diferentes personas. Lo más usual es que duela y se enrojezca el lugar del pinchazo, generando una irradiación a partes más amplias del brazo. Puede, asimismo, haber fiebre, dolor muscular, malestar en articulaciones y cabeza, nauseas, vómitos, cansancio y hasta escalofríos.
Entonces el panorama es complejo: pacientes que juran no haber percibido malestar alguno, otros muy cansados y algunos que atraviesan el postvacunación como una especie de gripe. Los efectos secundarios podrían aumentar su intensidad tras la segunda dosis. Asimismo, los síntomas aparecen algunos días después de la inoculación y suelen desaparecer en el tercer día. Si eclosionan muchas jornadas más tarde lo más usual es que las causas sean ajenas.
Cuadros comparativos de vacunas contra COVID-19
A continuación disponemos distintos cuadros comparativos sobre algunas vacunas contra la COVID-19. Los mismos tienen información diversa, muy útil para el lector.